miércoles, 18 de abril de 2012

2 (Dos)


Hace algunos años escribí el siguiente relato (ficticio), tuve la suerte que Helio Colectivo Creativo lo publicara en linea. Lo comparto ahora que pasó un tiempo. 
El link es http://www.heliocc.com/2009/11/2.html


 2

Ya era de noche cuando entró al cuarto, yo estaba en una silla de frente a la gran ventana que daba al patio, la ventana desnuda dejaba ver la negra noche, con muchas estrellas y la luz de la luna iluminaba la copa de los árboles.

Sentí su presencia cuando se paró detrás de mí, sin embargo no volteé, lo único que quería era seguir viendo por la ventana, poner mi mente en blanco, disfrutar de la tranquilidad de esa noche.

-¿Por qué no me mirás?- me preguntó
Solté un suspiro, deje pasar unos segundos para pensar….
- porque no quiero convertirme en estatua de sal”
Fue en ese momento que comenzó a llorar. Yo también sentí ese deseo, pero por distintas razones.
Este hombre a mi espalda ahora representaba el pasado. Un pasado que me hacía sentir feliz de dejar atrás. Quise llorar de alegría por eso.
Horas atrás hubiera dado mi vida por él, pera ya no. Por fin había yo entendido que todo el tiempo que esperé fue desperdiciado.
Ahora que él me amaba, ya no lo amaba yo.
Puso su mano derecha sobre mi hombro, con la otra se limpiaba las lágrimas, con su cabeza gacha, estas corrían más rápido.
No me decía nada. Ta vez era lo mejor.
Yo seguía mirando por la ventana, ya no la noche, sino la copa de los árboles.
-“¿Abran nidos en esas ramas?”... –Pensé

Seguía yo dándole la espalda, y sin levantarme de la silla pude sentir cuando se arrodilló y me abrazó desde atrás.
-“Te amo”. Susurro.
“Que ironía” dije para mí; pasé dos años esperando esas palabras, y ahora sólo me producían incomodidad.
No quería ser cruel… por Dios que no quería serlo. Pero siempre preferí que fueran sinceros conmigo, era momento de serlo con él.
-“Yo no”, le dije y giré la silla para que nuestros rostros se encontraran.
Sus ojos estaban como vidrio, su nariz húmeda y la cara roja, cosa rara para alguien moreno.
Me miró y se limpió las lágrimas, se incorporó del piso, y la dignidad mal concebida se apoderó de su ser.

-“Sos un pendejo”.. – me gritó. –“Soy lo mejor que te pudo haber pasado”
“ Fuiste importante…… en su momento”, repliqué tratando de no levantar la voz.
“Yo también te quise, pero era por que no te conocía, no pensés mal, sé que no sos mala persona; pero me enamoré de alguien que no me permitió conocerlo bien, te idealicé, te creí muy diferente”

-Me gritaba y agitaba las manos con fuerza. Era obvio que respiraba por la herida.
Tanto insulto me colmaron la paciencia y grite también.
-“¿Y qué es lo que reclamás? ¿No sos vos quien sólo se acostó conmigo y después me mandó por un tubo? ¿No sos vos el se hizo de rogar tanto tiempo y no me dio chance para nada? ¿ahhh?”
- ¿Es desquite entonces?..- dijo.
-No…. No es desquite. Y con voz suave le dije: “es que ya no te amo”

Dije esto mirando el suelo, por eso no vi el puño que chocó contra mi cara.
El golpe me hizo caer, la sangre comenzó a salir de mi labio. ¿ o de mi lengua?, lo único que sabía era que me dolía toda la boca.
No me dio tiempo de levantarme, él salió del cuarto de la casa, subió a su carro y se marchó con un chirrido de llantas.

“Por fin termino, ya termino”. – dije.
Y volví la vista a la copa de los árboles.

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